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Óscar S.

Vaquero

Escritor

Autor del libro de relatos

DIARIO DE UN ENCIERRO  

30 relatos , 30 imágenes y 19 microrrelatos

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DIARIO DE UN

ENCIERRO

Óscar Sánchez Vaquero

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Lee, piensa, siente y emociónate.

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DIARIO DE UN ENCIERRO

RELATO 17 SOLO SOLEDAD

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     Andaba por casa solo y perdido, como ese zombi de las series que busca por las puertas la carne de algún humano despistado. Mi hambre no era de alimento, sino de compañía; porque es curioso como uno a veces se encuentra solo estando rodeado de los demás. Ciertamente, y como diría el filósofo antiguo, el sentimiento de vacío es algo que aparece propio a nuestro ser individual. Una persona sola somos, y una sola nos sentimos. Y esos días que llegan, porque de vez en cuando hasta es bueno que así sea, había llegado hoy para mí. No es necesario que me afirméis que, en una circunstancia u otra y estando como estamos, es más que probable que os haya pasado.  

      Ahora más que nunca aparece en el enfermo que está en el hospital sin compañía de la gente que ama; en la persona que se quedó en casa sin pareja o amigos, ni hermanos ni padres o hijos; en el conductor del camión que nos suministra de alimentos que lleva horas en la carretera; en el abuelo viudo que recluido en el hogar ha conseguido por suerte librarse de las zarpas de este bicho tan destructivo; en aquel indigente sin techo abandonado del mundo que pedía limosna a las puertas del supermercado. Y en mí. Y en ti quizás mañana también. Porque todo el mundo en algún momento de su vida ha besado o recibido el beso de la soledad.

      Ahora toca hacerte frente, mirarte a los ojos. ¿Qué buscas? ¿Atraparme para que solo piense en ti? Perfecto. Si es eso lo que quieres, adelante. Rememoremos las cosas de las que me arrepiento. Hurguemos en mis fracasos y mis desdichas, en mis dolores y en mis lamentos. Es para ti buen momento, rodeados ahora por todos lados de enfermedad y muerte. Entiendo que vengas a buscarme para recordarme lo que soy, para cuestionarlo y ponerme en duda de mí mismo. No te preocupes, porque no tengo miedo a mirarme en el espejo. No creas que tanto he sufrido solo, cuando juntos hemos llegado tu y yo, soledad, hasta donde hemos llegado. Siempre repudio que aparezcas, y por igual detesto que te vayas. Porque cuando vienes me cuestionas, pero cuando terminamos y consigo librar tu batalla, me admiras y por eso me abandonas. Te quiero y te odio en la misma medida. Te olvido y te recuerdo con la misma necesidad. Eres solo una pequeña parte de mí. Eres como este virus diminuto que ahora nos rodea, que pronto desaparecerá para que podamos salir a vivir la vida juntos. Eres lo que yo quiero que seas, porque solamente quiero que seas eso: solo soledad.

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